Ponemos fin a este recorrido por Casablanca. Lo cierto es que se podría seguir hablando sobre este lugar pero ponemos un punto y aparte en este primer serial abordado para el blog.
A modo de resumen durante este mes hemos conocido a fondo la bodega, tejera, albercón y ermita. También en cada una de las entradas se han vislumbrado detalles de su paisaje, elementos naturales e historia. Para completar el recorrido conoceremos el resto de edificaciones.
A la espalda del patio donde se sitúa la bodega se encuentran las viviendas y escuela de los trabajadores en la conocida como calle del momo. Unas 15 viviendas (aprox.) repetitivas a la par que muy modestas con un escuela y baños a la entrada de este pequeño barrio.
Otra de las edificaciones más sorprendentes es un palomar de planta rectangular, de dos plantas de altura y con cubierta a cuatro aguas hacia el interior. Lo impresionante del palomar rematado con un almenas de ladrillo en su parte superior contrasta con su estado de ruina casi inminente que impide analizarlo con más reparo. Las estancias alicatadas en su planta baja -quizá como matadero- indica de nuevo la cantidad de servicios que se deberían dar en este lugar.
Paseando con cautela seguimos observando corrales, pesebres, abrevaderos y llegamos a los jardines. Unos jardines en pendiente que debieron ser en otra época lugar privilegiado del enclave ahora son hoy un amasijo de hierros oxidados y escaleras cubiertas por la maleza. Desde este lugar se observa la casa principal de Casablanca en uso hasta hace bien poco por su buena conservación. Poco puedo atisbar de esta casa más allá de su fachada encalada y lo que parece un patio interior cubierto de manera posterior con placas de fibrocemento.
Y tras una larga tarde recorriendo este magnífico lugar en mitad de ninguna parte nos marchamos por un camino arbolado que todavía duerme al frío del invierno pero que atisba una primavera en la que ya estamos inmersos.
Caserío de Casablanca, Daimiel. Febrero de 2014
39º 9' 27,73'' N
3º 43' 25,29'' O
* Y antes de acabar no se me olvide mencionar y agradecer a José Manuel Mendoza, Mariano Gª-Consuegra y Juan Vidal que me acompañaron por Casablanca -y que además de alguna foto para estos post- aportan interesantes comentarios que luego aparecen por aquí reflejados en muchas ocasiones.
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