"Más se perdió en Barajas, que se perdió un pueblo entero"
Este texto a la entrada de la Casa de Barajas recuerda la batalla que tuvo lugar en ese mismo lugar. |
O eso se dice en Daimiel ante un hecho catastrófico. Y ciertamente las crónicas nos cuentan la dimensión de una batalla que hizo desaparecer un pueblo entero por disputas internas en el seno de la Orden de Calatrava allá por 1.443.
"...ovieron batalla en el Câpo de Barajas muy reñida y sangrienta de ambas partes, porque todos eran valerosos cavalleros, y como tales pelearon tres horas sin conocerse victoria. Finalmente venció el Clavero y el Comendador mayor fue preso en la batalla..."
Bien vale esta referencia histórica para adentrarnos en un paraje de Daimiel con muchas particularidades. Situado en las escorrentías del paraje de "El Campillo" y a los pies del Cerro de "Las Cabezas" su fértil y arcillosa tierra hace de Barajas un lugar con numerosas huertas salpicadas aún de casillas, albercas y álamos. Un punto blanco de mayores dimensiones asoma en el horizonte; es la Casa de Barajas reconstruida hace varias décadas que nos recuerda la batalla que tuvo lugar en ese mismo lugar. Las ruinas de numerosas casillas, albercas y tejeras dan testimonio de la importancia del enclave tanto en un pasado reciente como en el siglo XV.
Vista frontal y posterior de la tejera. |
Y entre esas ruinas encontramos una tejera, la única que parece haberse salvado hasta el momento de la pala. Sus características no distan mucho de la tejera de Casablanca, aunque lamentablemente se encuentra en peor estado de conservación. Los arcos que separaban la cámara de combustión y de cocción se encuentran derrumbados con la cámara inferior parcialmente rellena de tierra.
Interior y detalle de la tejera en su estado actual. |
Ya nombraba en dicho post sobre Casablanca la importancia de los parajes de Barajas y Navaseca como lugar para producir tejas y ladrillos en estos hornos a cielo abierto como consecuencia de la materia prima existente y que daba verdadero sentido a estas construcciones. Algunas de las casillas que hoy se observan pertenecieron en su día a tejeros y se encuentran cubiertas con tejas que ellos mismos moldearon y cocieron.
Casi sobra decir que la singularidad que encierra este paraje de Daimiel (tejeras, cuevas, bombos, pedrizas, casillas, albercas...) se encuentra al margen de cualquier protección, apelando a la dejadez o la concienciación para no ver desaparecer estas pequeñas singularidades.
Esperemos ser más cuerdos que aquellos que en el siglo XV se enzarzaron en una cruenta batalla y sepamos dar el justo valor a este pequeño patrimonio para que no se "pierda" como dicho pueblo con trágico final.
Tejera en el paraje de Barajas, Daimiel
Febrero de 2.015
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