En este cuaderno de viaje por nuestra arquitectura tradicional es muy enriquecedor conocer puntos de vistas de distintos profesionales, investigadores e interesados en nuestro patrimonio. En esta llamada colaborativa multidisciplinar que ofrece Arquitectura Popular Manchega hoy recoge el testigo Carlos Parrilla, madrileño de sangre manchega por los cuatro costados. Carlos es Licenciado en Derecho, Diplomado en Derecho Nobiliario (CSIC) y coautor junto con su padre Miguel Parrilla de la catalogación de las casas blasonadas de la provincia de Ciudad Real, publicada en dos tomos: "Blasones y Linajes del Campo de Montiel" y "Blasones y Linajes de la Provincia de Ciudad Real" (Ambos en la Biblioteca de Autores Manchegos, Diputación Provincial). También es autor de más de 40 artículos sobre historia y difusión del patrimonio en prensa local (El Espinar, Segovia) y algunas novelas, entre ellas “Los Once Ases”, Premio de novela Histórica Ciudad de Valeria 2015 (Cuenca).
Hoy escribe sus primeras líneas en Arquitectura Popular Manchega para hablarnos de grafitis, historia y arte en un caserío manchego muy interesante, Casas de Santa María
Hoy escribe sus primeras líneas en Arquitectura Popular Manchega para hablarnos de grafitis, historia y arte en un caserío manchego muy interesante, Casas de Santa María
Carlos Parrilla
Cuadras |
Situación junto al Guadiana |
El edificio principal data de principios del siglo XVII, con sus escudos de armas en esquina y sobre la puerta principal. Conserva en su interior la que fuera antigua ermita que da nombre a la finca, se trataría de una construcción religiosa seguramente mucho más antigua que la casa, que la terminó convirtiendo en capilla particular y hoy, sencillamente en ruina. Entre aquellas fotos que tomé hace diez años y las que hoy pueden encontrarse en la red sólo se aprecia que ha crecido un árbol frente a la puerta. El resto, la sencilla fachada con alfiz mudéjar y los santos erosionados por la lluvia, apenas han cambiado desde entonces.
Cabecera y ventana de la ermita
La finca alberga también dos grandes palomares, uno de ellos se articula en torno a dos galerías concéntricas que producen una sensación opresiva de laberinto; el segundo, más moderno, estaba construido a base de recipientes de barro superpuestos de los que apenas sobreviven algunos sobre un montón de cascotes.
Restos de arcaduces en palomar y galería de otro palomar.
Vista del palomar desde el patio central
Grafitis esquina sureste.
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