El caluroso verano nos ha dejado el poso sosegado de la observación del paisaje que nos marcabamos en el último post previo al parón veraniego. Paisajes grabados a fuego en la retina que recuerdan a una acuarela realizada hace apenas unas semanas pero en otro tiempo y lugar. Incluso paisajes que aparecen entre las páginas de un libro con casi idéntico encuadre, pero con décadas de distancia . En verano todo parece parar, incluso el tiempo.
#Horizontes
Casillas en el paraje de Barajas, 2016
Casilla en un rastrojo, 1957
(en Miguel Fisac: apuntes y viajes, 2007)
Pero es tiempo de levantar rastrojos. Hay que retomar la búsqueda de nuevos rincones, nuevas iniciativas y nuevas historias sobre nuestra arquitectura popular. En ello hemos trabajado este verano y es justo seguir compartiéndolo.
Casillas en Daimiel, 1957-2016
Comentarios
Publicar un comentario
¿Te ha gustado el artículo? Compártelo, envíalo por e-mail o comenta que te ha parecido. Espero tus opiniones.