La ruina tiene ese punto romántico y a la vez efímero. En el caso concreto de la arquitectura tradicional encontramos numerosos ejemplos de ruinas que avanzan de manera implacable frente a nuestros ojos.
Uno de los gestos más útiles a pequeña escala que podemos emprender en este momento es aprender de las ruinas. Cada edificio de la arquitectura tradicional nos ofrece una oportunidad única para conocer la esencia de sus muros, cerchas, cubiertas o forjados.
Los muros de tapial calicostrado caen al suelo en bloques paralepípedos descubriendo su sistema de construcción mediante encofrado, mostrando las tongadas de 10-15cm que forman cada uno de los paralepípedos y la dura costra de cal en forma de cuña ejecutada desde el interior del enconfrado. También se pueden ver, casi como en el momento en el que se ejecutaron, las agujas que atraviesan el muro y las hiladas de ladrillo que separan las distintas alturas del tapial.
Tapial calicostrado. Tongadas (arriba izqda.), costra de cal (arriba dcha.) y aguja sobre hilada de ladrillos al exterior en el tapial (abajo centro) |
En una perfecta sección constructiva se observa la estructura de cubierta y su apoyo sobre los muros. Todo este material cae como un lastre sobre los forjados de vigueta de madera y revoltón que acaban por ceder ante el peso. De esta manera las viguetas y revoltones muestran las incisiones de hacha para conseguir una unión más solidaria entre yeso y madera.
Forjado de vigueta y revoltón. Revoltón de yeso (izqda.) y vista lateral con madera incrustada. |
Los falsos techos de caña y yeso nos enseñan el interesante trenzado del material vegetal que en combinación con el yeso permite realizar particiones ligeras horizontales pero también verticales. En unos cuantos días de lluvia el agua dejará en el olvido todo este trabajo artesanal tan frágil.
Falso techo con cañas trenzadas y revocado de yeso |
Al igual que los escasos muros de adobe que podemos encontrar en La Mancha se nos muestran tal cual. En formato mas o menos cuadrado, realizados con paja y dispuestos a panderete formando una partición vertical. Y es que no es lo mismo tapial que adobe, la ruina nos muestra la realidad con total sinceridad.
Adobes formando una partición vertical |
Y todo esto es una mera ilusión. Una ilusión que apenas dura unas semanas. El viento, agua y agentes atmosféricos se encargarán de disimular y hacer desaparecer técnicas centenarias. La flora, fauna o la maquinaria pesada darán cuenta de un banquete singular.
Casas de Ureña, Daimiel. |
Hasta una ruina puede ser una esperanza
Me viene a la memoria la interesante visita que hice a La Berzosa, todo gracias a tu magnífico reportaje, ahora leyendo detenidamente lo que aquí describes me doy cuenta que me falta mucho por aprender, yo también confundía tapial con adobe. Hay muchas formas de ver las ruinas, la más completa, sin duda, es la tuya, desde los cimientos. Un saludo.
ResponderEliminar¡Muchas gracias Rosa! Me alegro mucho que estas páginas sirvan para mirar a nuestro alrededor de manera más reflexiva.
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