No estoy descubriendo nada nuevo si digo que el agua es vida. Gracias a este líquido elemento surge la vida, surgen núcleos de población, se articula la base de economía y se crean infraestructuras para la obtención, almacenamiento y defensa de tan preciado elemento.
Y es que a lo largo de la historia los manchegos han encontrado en los ríos y sobre todo en el nivel freático esa fuente de vida. Bien lo sabían los pobladores de las motillas manchegas en la Edad del Bronce (2.000a.c.) cuando en un periodo de sequía se establecieron en vegas de ríos y lagunas creando esplendidas fortalezas de piedra caliza protegiendo un pozo central. (por cierto en 2014 quedará abierta al público la Motilla del Azuer en Daimiel)
Siglos después, y gracias a los conocimientos de los árabes en ingeniería hidráulica, se desarrollaron una serie de avances que han permanecido vigentes hasta el siglo XX. El sistema de norias, arcaduces y albercas, entre otros, son inventos árabes que supusieron la puesta en regadío de pequeñas huertas.
Ya en la segunda mitad del siglo XX los avances mecánicos hacen que se modernicen estos sistemas que han permanecido inamovibles durante siglos y han sido adoptados como propios. Esta breve modernización se basa en adaptar el invento tradicional a nuevas máquinas motrices y nuevos materiales. Las norias se adaptan con cangilones metálicos, se instalan contramarchas que sustituyen al lento giro del burro, se diseñan nuevos albercones circulares con mayor capacidad de agua. La revolución en estos años es constante y se prueban nuevos inventos que van dejando obsoletos a los anteriores.
Construcción en tapial que alberga un pozo datado en esta transición industrial de mediados del siglo XX |
Poco a poco esa ingeniería hidráulica tradicional árabe/manchega se va desligando de la nueva maquinaria. En este avance se construyen peligrosas minas que dan acceso a la base del pozo donde se instalan pequeños motores que bombean el agua al exterior. Ya en en el último tercio del siglo XX se consolidan las profundas bombas verticales en pozos estrechos y profundos movidas por motores de gasóleo y eléctricos.
Es sorprendente ver las diferentes soluciones adoptadas en esta rápida transición del invento tradicional a la tecnología vigente. En esta transición conviven los sistemas constructivos tradicionales: tapial, madera, teja curva, pozo amplio..., y la nueva maquinaria en la noria: cangilones metálicos, contramarcha (sistema de engranajes y motor de petroleo o gasóleo que hace girar la noria en sustitución al animal).
Respecto a su conservación cabe indicar que los avances en esta ingenieria hidráulica se han ido cimentando sobre pozos tradicionales ya construidos. Por tanto en un mismo pozo podemos ver distintos sistemas fuera de uso en convivencia con los que funcionan actualmente, quedando pocos pozos tradicionales verdaderamente conservados.
Un legado industrial arquitectónico que también es patrimonio.
Contramarcha, Manzanares
Febrero de 2013
39º 1' 12,06'' N
3º 27' 57,92'' O
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